martes, 27 de marzo de 2007

Mi idea de la miseria

La miseria es una atmósfera. Como el peo amargo y cáustico que reina en claustro casi sagrado de quietumbre, la miseria nos hace hundir nuestras cabezas en el embotado elixir de la desidia.

Más esta atmósfera lagrimosa, puede ser el acelerante de ciertos procesos, que podemos catalogar de virtuosos.

Cansado ya de sumergir la mirada en el polvo de la modorra, en aquella piel espesa que cubre con el paso del tiempo nuestras ansias de crear, se despierta feroz el desosiego.

Sí, el desosiego, aquel estado temido por las madres y padres del mundo, tan temido que conminan a sus hijos a perder su creatividad, en pos de sus arquetipos escleróticos de buena conducta.

Sosiegate mierda!

Fue el grito que por siglos domesticó la pasión naciente de los miserables, ora el padre con sus manos cayucientas ora la madre con su cariño artrítico, ora el amo empresario con su jugo genital horadándonos la espalda, ora el estado con su huella secular de nacionalismo y bordes contenedores y su bandera mugrienta mofándose de nuestras cabezas, acalorados los lunes por la mañana; todos estos símbolos quisieron en nosotros sembrar el germen de la desidia y la modorra, el agotamiento inocuo.

¡Qué más quisiera que esa Pax sosegada se trocara por un desvario alocado!

¡Que esta atmósfera ácida de peos mojigatos se convirtiera en la gigantocópula del atrevimiento y la rebeldía!

A ver si de ese modo nos removemos un poco de nuestros cómodos asientos de imbéciles...

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1 Comentarios:

Blogger el mismo dijo...

me extraña, compañeros, escuchar palabras tan magnánimas destinadas a socavar la reputación de la miseria, como si de ella no surgiera toda la maraña de preocupaciones que nos ocupan... qué sería de nosotros sin esta miseria contábile? nada, compañeros, si no nos queda ni la mísera miseria, entonces nada nos queda y morir no valdría la pena...

7 de abril de 2007, 5:03 p. m.  

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